viernes, 27 de junio de 2008

Estamos de vuelta

Después de mucho tiempo (demasiado) sin escribir aquí, básicamente por falta de tiempo, trataré de volver a hacerlo. Intentaré, durante el verano, ir escribiendo sobre algunas de las noticias científicas que vayan apareciendo en los medios de comunicación. Y es que es puro vicio...

Leído en "Público": La flora escala por el calentamiento global

La verdad, la primera lectura del titular resultaba un poco confusa, pero la noticia es interesante. Se trata de que el cambio climático, y el calentamiento que provoca, están provocando que los bosques "emigren" buscando mejores condiciones de vida.

No se trata, evidentemente, de que los árboles cojan sus cosas y se muevan montaña arriba, sino de que, en los años estudiados, se ha podido observar un crecimiento diferencial del bosque en una dirección privilegiada. Elaboremos un modelo simple para entenderlo. Supongamos que las plantas que forman el bosque distribuyen sus semillas por igual en todas las direcciones (es una simplificación, pero por eso es un modelo). Cuando las semillas alcanzan el suelo, se encuentran con diferentes condiciones ambientales; algunas de ellas favorecerán el crecimiento de la nueva planta, otras lo impedirán. Por ejemplo, si la semilla cae sobre una carretera, o dentro de un río, es bastante probable que no llegue a germinar. En cambio lo hará si cae en suelo fértil y húmedo. Estos ejemplos también son una simplificación. Lo más habitual es que las semillas se encuentren que, en determinados terrenos, su crecimiento es más fácil o más rápido que en otros. Recordemos que esto, y no otra cosa, es la selección natural. En cualquier caso, casi siempre hay una característica del medio que es la que, al final, tiene más importancia a la hora de que la planta sobreviva o no. Ese es el factor limitante.

En pocas palabras hemos pasado de la teoría de la Evolución a la Ecología. ¿Será porque están totalmente relacionadas?

Vamos ahora al caso de los bosques. Deberíamos saber que la temperatura, en una montaña, va disminuyendo a medida que aumenta la altura. Eso se debe, por cierto, a que la atmósfera se calienta desde abajo. Así que las plantas, en una montaña, se distribuyen formando franjas más o menos horizontales, que se denominan pisos de vegetación. En realidad, los pisos no son horizontales: están más bajos por el lado que no recibe tanto sol (el norte, en nuestro hemisferio) y más altos por el otro. Ya acabamos: el crecimiento del bosque, en este caso, está determinado por la temperatura. Esto significa, ni más ni menos, que los árboles de la zona más baja (más cálida) viven con mayores dificultades, y se reproducen menos, que los que se encuentran en la parte más alta, y más fría. Esta es la relación entre el cambio climático y el viaje de los bosques hacia la cima de las montañas. Otra prueba más.

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